AMOR.

Y es que muchas veces me gustaría que todo fuese diferente, completamente distinto. Que me dan ganas de escapar, de mandarlo todo  a la mierda e irme lejos, muy lejos y empezar de nuevo.
Pero, ¿sabes qué? Me vienen a la cabeza todos esos jodidos recuerdos, esos absurdos momentos que me han hecho tan grande en tan poco tiempo. Tantas risas, tantos besos y abrazos... Tantas verdades, tantas tardes. Tantos momentos...
Pero también está la otra cara de la moneda, esa en la que no todo es bueno, en la que los días no se completan y cada vez cuesta más soportar.
Y pienso y si me voy ¿qué? Perdería mucho. Pero, ¿y si me quedo? Me tendría que aguantar todo esto cada vez más y lo siento amor, pero nada es para siempre y créeme que me duele más a mí que a ti pensar en todo esto...
Pero sobre todo, lo que no entiendo de todo esto es que cuando estoy a punto de rendirme, de dejarlo todo, apareces tú y con el más mínimo detalle haces que vuelvan todos esos momentos. Y es por eso, por lo que hoy sigo aquí. Gracias amor, gracias porque esto que está a mi izquierda, late gracias a ti.